Budismo Tibetano
El budismo es una tradición filosófica y espiritual milenaria que recientemente ha encontrado bastante eco en el mundo occidental. Esto debido a que la práctica budista brinda al individuo herramientas y técnicas que le permiten vivir en paz y armonía dentro de una sociedad en ocasiones violenta y caótica.
La tradición tibetana del budismo es rica en variedad de enfoques y prácticas, todas ellas complementarias y jamás excluyentes o sectarias, comparten como base el desarrollo de la sabiduría, la compasión y el amor incondicional hacia todos los seres. Existen principalmente tres vehículos o enfoques: la Mahayana, la Theravada y la Vajrayana, cada una de estas complementa a las demás y el practicante es invitado a tomar indistintamente los elementos que necesite de cada una de ellas.
Sin embargo, es a la vez útil y práctico que un centro de Dharma (nombre que se les da a las enseñanzas budistas) se identifique mayoritariamente con uno de estos tres vehículos. En este caso, Casa Dakini se adscribe al Budismo Tibetano Vajrayana o vehículo del diamante, también conocido como el budismo esotérico o tántrico.
El Vajrayana usa una extensa gama de símbolos y rituales para conectar con la energía subconsciente del practicante, la cual le servirá para impulsarlo hacia la iluminación. El budismo tántrico es una tradición esotérica, en el sentido de que depende, en gran medida, de la iniciación directa por parte del maestro raíz y que sólo debe practicarse bajo la guía de un maestro espiritual. Nuestro maestro raíz es Lama Lhanang Rimpoche, el cual pertenece al linaje Nyingma, el más antiguo de los cuatro principales linajes tibetanos (los otros son Kagyu, Sakya y Gelug), la palabra Nyingma significa literalmente “antiguo”. Somos muy afortunados de contar con las constantes visitas de nuestro maestro raíz y de poder tener un acercamiento tan personal con él. Lama Lhanang nos guía, nos inspira y nos motiva a seguir firmes en el camino del dharma.
domingo 10 am
La meditación budista tiene dos aspectos: shamatha (detenerse y serenar) y vipashyana (observación profunda).Tendemos a subrayar la importancia de vipashyana porque puede proporcionarnos la clara visión y liberarnos del sufrimiento y las aflicciones. Pero la práctica shamata (detenerse) es fundamental.
Si no somos capaces de detenernos, no podremos tener una clara visión.
Existen estudios científicos que proporcionan una demostración fehaciente de que la meditación provoca cambios muy reales en el cerebro y en el cuerpo de quienes la practican. En realidad nuestro cerebro es muy dúctil y es posible, mediante el adiestramiento mental contribuir al cultivo de la felicidad, liberándose de emociones negativas controlando por ejemplo la ira, y los celos.
masiana@gmail.com con Martha Elisa Castro, maestra de Budismo Tibetano en Casa Dakini.
